¿Que pasaría si te enterarás que todas las imágenes que creías verdaderas son falsos recuerdos?

Durante años, inclusos siglos, el ser humano vivió creyendo que reconoce el mundo tal y como es. El trabajo de la ciencia es encontrar verdades que ordenen lo que llamamos vida, pero no siempre se puede encontrar una certeza inapelable. El problema radica en la misma esencia del hombre, un manojo de nervios que respira y se altera con todas las imágenes que percibe de lo que está fuera de él. Lo que le aterra y le excita la mayoría de las veces es una mentira.

El humano es imperfecto porque se vale de su cuerpo. Si alguna parte de su organismo falla se crea una alteración que puede llegar a cambiar el rumbo de su existencia. Un sordo, por ejemplo, de qué manera comprenderá las ondas sonoras que viajan por el aire conteniendo un mensaje en forma de ruido. Aquellas personas están condenadas a desconocer una parte de realidad, aunque sus sentidos se afinan para conocer otras.

“Entre el baile, las luces ambientales y el alcohol, tal vez creíste haber besado a la mujer más hermosa del lugar, cuando en realidad tuviste un encuentro cercano del tercer tipo”.

Sin los sentidos –el oído, el gusto, el tacto, el oído y la vista– seríamos seres completamente aislados, casi como un objeto. Conocemos los colores, sabores, texturas e imágenes a través de ellos. Pero como todo organismo, con el tiempo su eficacia comienza a disminuir y no sería extraño que algún día por cualquier situación se pasmaran por un breve momento. También existe el caso de que algún factor externo los limite de alguna manera.

falsos recuerdos / organismos alterados

Sabiendo lo anterior es pertinente comenzar a revelar el porqué de los recuerdos falsos. En primer lugar, hay que reconocer cómo trabaja el cerebro. Para él, todo lo que nos rodea es información que debe procesar, ordenar y asimilar. La memoria es un complejo disco duro donde se guardan todos los códigos y procesos que obtiene del exterior.  Lo segundo que hay que saber es que las imágenes son de donde más se fía el cerebro.

Somos seres primordialmente visuales, pero ¿qué pasaría si la vista se altera? Si esto pasa, la información que entra a nuestro cerebro no sería la verdadera, así lo corroboró un estudio científico realizado por el departamento de Bases Neurales de la Cognición de la Universidad Carnegie Mellon. 

La investigación inició cuando retomó un hecho olvidado o sobreentendido. Las imágenes que proyectan los objetos viajan a través de la luz. Su última parada son nuestros ojos, a partir de ahí el cerebro la procesa y la almacena. Ellos se preguntaron qué pasaría si la luz se volviera difusa, ¿lo que captaría el sentido de la vista sería lo mismo?

falsos recuerdos / sentido de la vista

Ellos aseguran que cuando se distorsiona la luz, la información se altera. A pesar del error, el cerebro la recibe. Cuando el cerebro trata de asimilarla encuentra una discordancia entre lo que procesa y lo que esperaba ver. Como la mente tiene la obligación de darle sentido a lo que se está viendo, tiene que valerse de recursos poco ortodoxos científicamente hablando.

Lo que hace el cerebro es relacionar la información deforme con algo que ya tiene entendido para evitar un colapso. Es ahí cuando se crean percepciones ilegítimas que posteriormente se convierten en recuerdos falsos.  Por ejemplo, tal vez salgas de noche a dar un paseo. A esa hora ya no hay nada de luz y la poca que alumbra el paisaje proviene de un precario faro. La poca iluminación hace que los objetos no se vean por completo. Entonces, cuando tú paseas y a lo lejos ves una silueta, tu cerebro se aferra a querer darle forma y sentido a lo que observa; aunque no tenga la facultad de entenderla del todo, pues es imperceptible, se aventura y te dice “es un arbusto”, cuando en realidad era un hombre sentado tomando el fresco.

“La memoria es un complejo disco duro donde se guardan todos los códigos y procesos que obtiene del exterior”.

Ahora imagina cuántas de las cosas que están en tu cabeza en realidad son ilusiones, o mejor dicho, falsos recuerdos. Quizá saliste el viernes pasado a una increíble fiesta, te tomaste un par de cervezas y entre el baile, las luces ambientales y el alcohol, creíste haberte besado con la mujer más hermosa del lugar, cuando en realidad tuviste un encuentro cercano del tercer tipo. 

falsos recuerdos / Fiesta

No te preocupes, lo mejor es que nunca lo sabrás en realidad. Vivirás con el recuerdo –aunque sea falso– de unos encantadores ojos y una boca perfecta, de la cual podrás presumir por siempre como una gran conquista. Este hecho también tiene su lado positivo, porque tal vez un día creíste haber presenciado un acto paranormal o cruzar la mirada con un ser de ultratumba, en ese caso, también fuiste presa de un juego de tu cerebro. ¿O no?


No hay motivos para enojarse ante esta reveladora noticia, porque a fin de cuentas, el hombre no es perfecto. Es su enormísimo ego el que fuerza la realidad de ser medible, comprobable y entendible.