Sabías que atreves del pestañeo lubricamos y descansamos los ojos

Los párpados son la parte de piel que recubre el exterior del ojo. Parpadear no es otra cosa que mover esa parte de piel para que permita o no que el ojo quede expuesto al exterior y, de esta forma, poder ver lo que tenemos delante. 

En principio, podría parecer más sencillo que el ojo estuviera siempre expuesto y, de esta forma, siempre ver lo que tenemos delante. Sin embargo, es precisamente aquí donde los párpados cumplen una doble función que explica por qué parpadeamos. 

De media parpadeamos unas 15-20 veces por minuto, entre 20.000 y 30.000 veces al día, lo que se traduce en que permanecemos con los ojos cerrados durante el 10% del tiempo de vigilia.

Las dos principales funciones del parpadeo siempre han sido consideradas como:

Las de hidratar nuestros ojos, lubricando los globos oculares y,

Protegerlos del polvo y otros cuerpos extraños.

La lubricación se realiza a través de nuestras lágrimas y éstas se componen de agua, además de aceite, mucosa y otros componentes como los lisosomas, los cuales funcionan como antibióticos naturales.

Existen diferentes tipos de glándulas en el párpado y al parpadear aparece un mecanismo que permite a estas glándulas de segregar los componentes de las lágrimas. A la vez que se realiza un movimiento horizontal en el párpado que hace que los desechos del ojo se desplacen hasta la punta, hacia el lagrimal.