Día Mundial de la Dactiloscopía

El 1 de septiembre es el Día Mundial de la Dactiloscopía. Una celebración que busca hacer honor al hombre que vió la importancia única de los signos o rastros biológicos de los seres humanos al momento de recabar pruebas para un caso criminal.

Ese hombre fue Juan Vucetich un astro-húngaro que terminó viviendo en Argentina y allí descubrió el verdadero poder de las huellas digitales para resolver crímenes hasta la fecha irresolubles.

Juan Vucetich (Ivan Vucetic), nacido el 20 de julio de 1958, en lo que entonces era imperio austro-húngaro, emigró a Argentina en 1882. Sólo tenía instrucción básica pero también un talento natural para las matemáticas y entró  trabajar como asistente en la oficina del jefe de policía de La Plata. En 1889  se abre la oficina de estadística, de la que dependía la naciente Identificación antropométrica. Vucetich, por lo que reorganizó al oficina, empezó a publicar un boletín y se dedicó a investigar todo lo publicado sobre el tema y a llevar a cabo investigaciones. Según se dice, fue de manera casual que Vucetich leyó la conferencia que Francis Galton había pronunciado el año anterior ante London Royal Society pautas sobre las marcas e impresiones del pulgar y de los dedos.
El texto influyó tanto a Vucetich que cuando publica su Dactiloscopía Comparada en 1903 después la dedica “Al Maestro Mr. Francis Galton”.

La Corporación Científica Internacional de Dactiloscopíaescogió la fecha en la que se usó ese método por primera vez para celebrar el Día internacional de la Dactiloscopía.

Para la identificación por huellas digitales se buscan los puntos característicos, minutae o minucias en la medicina forense, que pueden repetirse y agruparse en cada dedo. Estas minucias pueden ser de tipo  islotebifurcaciónpuntocortadahorquillaempalme o encierro. Cada minucia se ubica en un plano cartesiano de dos dimensiones, al unir estas coordenadas X/Y con líneas rectas se forman un conjunto de vectores que generan un trazo único e irrepetible. Para hacer la verificación dactilar se usan estos vectores, no imágenes. A pesar de los notables avances en las ciencias forenses y en los métodos informáticos para reconocimientos faciales, el método que más se usa sigue siendo el de las huellas digitales  y sus principios básicos que datan de fines del siglo XIX.