Estreno de cine: Guerra de papás 2

Te mintieron, está muy lejos de ser la “comedia de la temporada”.

Con un excelente ensamble de actores llega la segunda parte -que nadie pidió-  del éxito inesperado del 2015, esta vez la narrativa  se complica cuando el arribo de los padres de Dusty (Mark Wahlberg) y Brad (Will Farrow)  vienen a complicar  el delicado balance que existía entre ambos.

Mel Gibson interpreta al macho alpha-astronauta-retirado-mujeriego que viene a llenar de ideas la cabeza de su hijo Dusty, totalmente opuesto. La aparición del padre de Brad hace una combustión fatal, Don (John Lithgow)  es un hombre que no tiene miedo a demostrar su amor hacia su hijo lleno de bondad. Ahora este cuarteto tiene toda la Navidad para destruirse con chistes anticuados y comedia física que hemos visto miles de veces.

Guerra de papás (2015) triunfó discretamente en taquilla por su originalidad y la frescura de su humor. La química entre ambos actores Wahlberg y Farrow es innegable; sin embargo, parece que tienen un switch de apagado y encendido entre ambos.

En esta nueva entrega, el equipo creativo roba lo que puede de “Meet the Fockers 1 y 2” y solo rellenan con humor incómodo y personajes unidimensionales. Mel Gibson se entrega sin pudor al proyecto -intentando rescatar su carrera actoral- y desafortunadamente es el elemento menos gracioso; su personaje se limita a ser un patán y a reírse de sus propios chistes. Si recordamos, por un largo tiempo Gibson fue el rey de la taquilla americana, podía interpretar drama (Braveheart) hasta comedias (Arma mortal, todas ellas), pero algo sucedió (un arresto alcoholizado y declaraciones antisemitas) que desgastó al pobre hombre y  mostró su incapacidad de interpretar emociones o inyectar algo de alma a sus personajes.

Narrativamente la trama sufre por todo lo antes mencionado, pero, no hemos tocado la parte más delicada: la subtrama. Los realizadores tratando de mostrar que son conscientes del mundo actual (a pesar de todos los chistes machistas) intentan insertar  un comentario social además de darles a los actores infantiles algo qué hacer, escriben  una subtrama de bullying digital en la juventud que últimamente rompe con el poco momentum que intentaban crear.

Guerra de papás 2 es una comedia que intenta todo, menos ser graciosa, no mentiremos, durante los cien minutos de corrida se escapa una o dos carcajadas, pero no es suficiente.